Un asesino de meretrices va dejando sus víctimas por
Lima, un policía está tras sus pasos mientras lidia con su pareja, una
prostituta.
Sandro Ventura dirige su segunda película luego de
Talk Show (2006), como todo cineasta peruano con mucho
esfuerzo logra sacar adelante su proyecto y todas esas travesías financieras que tienen que
pasar las películas peruanas para finalmente estrenarse, es el precio de hacer
cine en nuestro país, por eso hay una innata resistencia en criticar algo
nuestro, pero es necesario hacerlo.
El buen Pedro, es una película pesada, plúmbea,
aburrida, con pretensiones artísticas que se notan demasiado y quedan en
evidencia.
Pedro, es un empleado rutinario, parco,
bastante callado incluso con los amigos del trabajo, por las noches sale a
recorrer las calles en busca de prostitutas para asesinarlas, ¿Cuál es su
móvil? La película nunca lo explica.
Roger del
Águila es el policía encargado de la investigación sobre el asesino de lolitas,
su jefe (un Carlos Álvarez que recuerda a una mala variante de Gustavo Bueno en
Gamboa o La boca del lobo) lo presiona y él vive atormentado por su relación
con Ángela (Natalia Salas) una prostituta a la que llevó a casa y con la que
vive conflictuado.
La película
esta repleta de planos fijos y cercanos, el departamento de Pedro es blanco,
inocuo, de una frialdad que pretende trasladar al extraño personaje del que
como decía no se sabe porque podría actuar asi.
Sus
compañeros de trabajo, un par de bobalicones que pretenden aprovecharse de él,
pero que al final no tendrán mucha suerte. La ambientación de los lugares donde
transcurre el film es lo más logrado, Roger del Águila sorprende como actor de carácter,
él que no me termina de convencer es Miguel Torres-Böhl como protagonista, viene
a ser una variante psicópata de su personaje nerd en “Talk Show”.
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